Como alguno sabe, a fines del año pasado me planteé jugar más. Mucho más. Y realmente no puedo quejarme. Donde hay voluntad, hay una manera. Los AP de este blog son evidencia de que he jugado rol.
Quizá sea esa sensación de que las cosas “andan correctamente” que me lleven a expresar, o mejor dicho a sentir, lo que siento últimamente.
Mi intención de jugar más es porque quiero jugar rol. Quiero entender cómo funciona todo en un nivel general. Ahora presto atención a cosas, situaciones, interacciones, que antes no tenía idea. Es divertido, es útil y es interesante. Jugar rol y especialmente escribir sobre eso después suma a mi disfrute de la actividad. Sí, inclusive cuando tengo que postear esos AP eternos que me toman varios días.
Así descubrí que probar muchos juegos brinda experiencias tremendamente diferentes en poco tiempo. Y eso tiene su lado bueno pero también su lado malo. No concentrarse en un juego evita poder conocerlo en profundidad. Soy de la opinión que la primera sesión de juego nunca es jugar al juego. Con contadas excepciones claro.
Entonces me pica el bicho de la campaña. No la campaña de 2 años con los mismos personajes y el castillo como base de operaciones. La campaña en cuanto un juego se juega varias veces. Cambiando de personajes, cambiando de DJ, esas cosas también son útiles. Pero conocer el juego es lo que más me atrae ahora. Hasta me animo a decir que cuando varios jugadores en la mesa conocen realmente el juego, la experiencia mejora proporcionalmente. Y lograr eso significa lidiar con varios problemas.
La mayoría los conocemos. Juntar al grupo, organizar varios fines de semana lo mismo, etc. Pero el problema que más me preocupa es personal. Es algo que puede pasarle a alguien más, pero que nunca leí ni oí en historias roleras.
Últimamente cuando encaramos un juego “de campaña,” necesito jugar de manera corrida. De otra forma se me va el interés por el juego, no importa lo genial que haya sido la primera partida. Soy incapaz de volver a organizar una sesión después de la primera cancelación. Mi mente se desvía y busco otra cosa.
Ya pasó con LSDA. Tuvimos una sesión de creación de personajes, con buenas puntas para arrancar las historias. De hecho estuve toda la semana siguiente creando PNJs interesantes para encarar los secretos y las claves de los personajes. La primera sesión se canceló. Listo, no tengo interés de jugar LSDA por lo menos por unos cuantos meses. No quiero releer el manual porque jugamos cada 3 semanas. La práctica de jugar fines de semana continuados evita esto.
Ahora sucedió con 3:16. La primera sesión fue emocionante para todos, desde el principio hasta el final. Algún jugador estaba probando algo totalmente nuevo, otro estaba matando aliens por docena. Yo mismo quedé con muchas cosas en el tintero, cosas para aprender, dominar y entender a medida que el juego avanzaba. Es un juego simple con una estructura muy muy clara, fácil de acomodar en cualquier horario sin trabajo excesivo por parte del DJ. Pero este sábado no se juega. La mitad de la mesa no solo desapareció, sino que tuvo la opción de jugar y decidió no hacerlo. Es completamente normal y entendible. Pero sin embargo me queda esa sensación que no puedo evitar. Ya perdí un poco el interés por dirigir 3:16. Tengo notas e ideas, pero no tengo ganas de volver a explicar cómo funciona todo.
Quizá suene quisquilloso, y hasta exigente ese tipo de compromiso. Pero fui adaptando mis gustos roleros a los de una persona adulta con poco tiempo para jugar, y los jugadores que conozco están en una situación similar. Además es algo que no puedo evitar, así que no hay más explicaciones que dar.
En algún momento de esta semana subiré las notas que tengo sobre 3:16 con planetas, habilidades y otras cosas locas para que uses en tus partidas.
La cosa es divertirse. Si como haces las cosas te la estás pasando bien, perfecto; si no, algo está fallando.
Pues sí, es divertise y adaptarse a lo que haya. Voy a hablar más de esto en alguna parte en estos días.
Yo no pierdo la atención como en tu caso, pero sí me cuesta mantener el entusiasmo porque siempre para algo que me pincha el globo. La semana pasada se canceló definitivamente la “campaña” de Maldición de sangre que habíamos iniciado. Después de la primera sesión, todo estaba muy bien encarado, estaba muy contento por los resultados, por la experiencia de juego y por el reto de testear mi propio juego y ver como andaba. Y que se cierre todo en la segunda partida es algo que siempre me molesta mucho, aunque comprenda motivos de los demás y todo eso.
Estoy pensado mucho en la problemática esta de los grupos de juego. Y es que para mi ya es una epidemia 😦
Yo vivo una situación similar: con 4 hijos tengo poco espacio para mis partidas de rol. Pero cuando lo consigo me encuenro con un grupo en permanente crisis (bajas y altas constantes).
Al final mi solución: tener varias campañas abiertas y adaptarme al grupo en su situación actual. Si el grupo quiere una campaña larga jugamos a tal juego; si el grupo quiere (o puede) probar juegos nuevos, eso hacemos. Al finl coincido con René, la cosa es divertirse. Y para mi esto incluye las horas que invierto en preparar las partidas, aunque no hayan de ser nunca jugadas….
Menecrates, con 4 hijos probablemente tendrás tu propio party de aventureros pronto 🙂 ¡Y no más problemas para jugar!
“Menecrates, con 4 hijos probablemente tendrás tu propio party de aventureros pronto 🙂 ¡Y no más problemas para jugar!”
Estoy trabajando en ello…. y me parece que Mouse Guard sera una buena herramienta! 😛
En algún momento de esta semana subiré las notas que tengo sobre 3:16 con planetas, habilidades y otras cosas locas para que uses en tus partidas
Genial!
Curiosamente, a mí me está pasando exactamente lo mismo con La Sombra del Ayer, ya se han cancelado un buen número de partidas y realmente desanima mucho.