Charlando con el entrevistado de Yo no leí a Tolkien 007 (a salir en diciembre) saltó el tema de que hay juegos de rol que son mejores libros que otros. Algunos están mejor explicados, mejor organizados, mejor redactados, o simplemente son más agradables o divertidos para leer.
Es esa última característica la que me interesa y hace rato que me debo escribir sobre los juegos de rol que son divertidos de leer. Como un buen libro, los leo de cubierta a cubierta y los releo cuando ya pasó un tiempo. Quiero aclarar que el placer de lectura que caracteriza a estos juegos de rol solo a veces tiene que ver con su calidad como juegos, con su diseño, o su organización.
Hay algunos que dan placer al leerlos por su sola genialidad, pero suele ser algo más rolero, más de mecánicas maravillosas y de imaginar una campaña por cada página que leés. Donjon o Agon entran en esa categoría. Los siguientes juegos son simplemente lecturas geniales.
Over the Edge: Además de ser el juego de rol más increíble de todos los tiempos, deben haber pocas cosas que superen a Jonathan Tweet y Robin Laws drogándose, digo, escribiendo juntos. Cada página es descubrir un nuevo delirio, una nueva historia desquiciada, y una nueva razón para pensar “algún día dirigiré esto, asi que debo mantenerlo en secreto.”
Violence, the roleplaying game of egregious and repulsive bloodshed: Este juego diseñado por Designer X (Greg Costikyan en realidad, pero no queremos que nadie lo sepa… ni siquiera él) es un orgasmo de humor anti… todo. Es un juego maldito, sin playtesting, con una organización arcana pero simplificada solo para justificar el sueldo del diseñador, con listas de cualquier cosa que duela y sea de mal gusto, y reglas extremadamente estúpidas para mantener contentos a los roleros estúpidos. También es una gran declaración sobre toda la mierda de los juegos de rol, todas las bajezas, todos los defectos de la industria y todas las artimañas que existen para exprimir el bolsillo de los jugadores.
Trollbabe: Este juego de Edwards es tan simple y tan profundo que es hermoso. Leerlo varias veces es descubrir nuevas sutilezas y leerlo por primera vez es un paso al lado oscuro.
Leyenda de los 5 Anillos: John Wick es un gran escritor. El clima y la forma en que está organizado este libro es perfecto para leerlo de a poco, un capítulo por noche antes de dormir. El mundo que muestra es muy divertido y la poca ficción del libro es inspiradora.
Macho Women with Guns: Oro puro. El libro de rol más genial que leí en mi vida. Todo el mundo debería levantar el culo y leer este libro, y sus pocos suplementos también. Este juego es para los desviados que nos gustan las chicas de grandes pechos y con grandes armas… o no. (Igual que Trollbabe, como creen algunos perdedores) Cada página es oro puro, y cada nota a pie de página (que las hay a montones) aun más. Además trae una hoja de personaje doble faz, para que puedas dibujar a tu macho woman completita por delante y por detrás. El poder de “ácido que derrite el hexágono en que está tu personaje, atravezando la mesa en la que juegas, arrojando a tu personaje hacia abajo para perderse en la alfombra” tiene que ser el mejor kewl power de la historia de los juegos de rol.
Monsters and Other Childish Things: Este juego de Benjamin Baugh basado en el sistema ORE de Greg Stolze es precioso. Un juego sobre niños y los monstruos que se comen a sus enemigos solo puede estar escrito de una manera divertida, inteligente, y terrorífica. Y que el sistema ORE patee culos tampoco daña a nadie.
Trail of Cthulhu: Sin ser un ávido fanático del antiguo juego, y convenciéndome cada vez más de que Lovecraft no es un escritor que adore, Ken Hite logra enamorarme tanto de los mitos como de su escritura. Un gran libro.
Octane: Puro heavy metal, chicas semidesnudas, aventuras clase B y un sistema estúpidamente genial. Jared Sorensen en todo su esplendor.
3:16: La simpleza y lo evocativo de la (simple) ambientación hacen de 3:16 un juego no solo fácil de empezar a jugar de inmediato, sino también agradable de leer en un momento de aburrimiento. Una nueva joya.
Thirty: Otra vez Wick, esta vez bajo la influencia de Sorensen, exprimiendo todo su cerebrito para crear un formato de juego y una narración atrapantes. Al pasar la mitad del libro todo se va a la mierda. Como debe ser.
Elfs: Este juego idiota de Edwards es tan divertido de leer como debe ser de estúpido jugarlo. Y jugarlo debe ser realmente estúpido.
Puppetland: La obra maestra (menos conocida, claro) de John Tynes. Es un juego desagradablemente adorable. Da ganas de jugarlo y de arrojar el libro al incinerador, todo al mismo tiempo. Y para completarlo, el mini-juego/ensayo Powerkill que acompaña a Puppetland es una clase sobre diseño de juegos.
Yo añadiría sin dudarlo Donjon, que aparte de bueno tiene momentos muy divertidos (como el tema del redondeo y la creación de personajes), y Piledrivers & Powerbombs que me hizo reir en muchas ocasiones, a pesar de no ser muy bueno.
A Over The Edge le tengo en el punto de mira desde hace mucho tiempo. Puede que ya sea el momento de hacerme con él…
Hace unos meses redescubrí Paranoia (el primero). Si bien no todo es genial, tiene fragmentos que siempre me parten de la risa. Y lo peor es que jugarlos sigue siendo bueno.
Unknown Armies y Castillo de Falkenstein.
A mi Trials of Cthulhu se me esta haciendo pesado de leer, pero tal vez sea porque no estoy de ánimo para leer un juego de teror (y eso que tengo dos partidas de Cthulhu en el schedule)
Concuerdo con que Unknown Armies es realmente placentero.
hola Dogui! tanto tiempo. mmmm pues es verdad, un juego bien armado y redactado dan más ganas de leer que uno muy “seco”. Ya en los más populares nos damos cuenta, por ejemplo: como enganchaba algun manual del viejo Forgotten Realms era increible, cosa que en los de 3.0/5 no pasaba (y ni hablar de 4ta edición). Leer los manuales del nuevo WoD es una dulzura, y algo que rescato es como van metiendo entre capítulo y capitulo historias relativas al avance del mismo libro. Con el tiempo se han dado cuenta que no solo las reglas hacen al manual sino que además hay que vender estilo, arte y contenido en los libros, cualquier cosa que haga más amena la lectura sirve. Saludos!
Slang tambien resulta divertido de leer, no tiene la misma densidad de barbaridades que Violencia, pero a mi me gusto, y oye, casi me dieron ganas de jugarlo y todo( es coña)