Entre los tantos universos maravillosos de ciencia ficción que disfruto, hay dos que junto a Star Wars han ocupado la mayoría de mi tiempo. Específicamente porque además de leerlos, puedo jugarlos y pasar horas pintando y modelando. También he jugado rol en ambos. Son Warhammer 40K y Battletech.
Estos universos tiene una curiosidad que el anterior post sobre metaplots (que se filtra en los comentarios aunque René no quiera) me hizo notar.
Warhammer 40K tiene una fuerte historia de base. Pero es solo eso, una base. Sí, las campañas mundiales avanzan la historia de a poco, pero también son conocidas las “campañas históricas” donde se juegan combates de un pasado del universo. En ese aspecto 40K es bastante estático. Además es vasto y tiene muchas páginas en blanco para completar. Parte de la estrategia comercial de GW es enfocar su producción en una fuerza primaria (compren Space Marines, compren Space Marines, compren Space Marines) con infinitas posibilidades: todos podemos crear nuevos Capítulos, con sus colores y organización específica.
En Battletech, el metaplot es muy muy duro. Y la gente lo adora. Saben el nombre de cada personaje por más secundario que sea. Saben sobre la Liga, las Guerras de Sucesión, la Invasión de los Clanes, cada fuerza mercenaria, cada pieza de tecnología, los casamientos importantes, y la guerra sagrada de la Palabra de Blake. Las reglas se adaptan a los niveles de tecnología, y estos niveles se emparentan con ciertas épocas del metaplot.
Sin embargo hay algo extraño. Un Space Marine siempre será un Space Marine. Si en la mesa despliego un ejército Tau y digo que son otra raza diferente venida de X sistema, los demás tendrán que usar la imaginación y algunos no lo aceptarán. Los Orkos son Orkos, sin importar el clan o familia, y hay que callar muchas voces internas si pensás desplegarlos junto a Necrones y alguna Guardia Imperial solo porque te gustan las figuras.
En Battletech, al contrario, puedo crear una fuerza total y completamente original. Elijo los mechs, los vehículos, la infantería. Les doy un color o no, les invento un nombre y una historia, y si está relacionada a alguna parte del metaplot aun mejor. Las piezas de BT son mucho más fáciles de acomodar a los gustos de cada jugador a pesar de su rígida historia y tecnología, a diferencia de 40K donde la aparente mayor libertad solo funciona bajo ciertas circunstancias.
Desde ya que cualquiera puede mezclar lo que quiera en la mesa, así como yo mismo uso figuras de Epic 40K junto a los mechs de Battletech, pero hablo de cosas más simples, que tiemblan al entrar en contacto con otra gente que no es uno mismo.
Me pareció curioso. Y además porque Vampiro me aburre mucho.
te sigo..
en realidad la coyuntura que se genera con los “universos generados” que vienen de la mano de merchandise, con lo que corresponde al nivel de creacion de partidas, es y será siempre un tema…
te expongo mi caso:
llevo jugando ANIMA: Beyond Fantasy desde el 2007, en una sola gran campaña, en un pricipio solo me basé en lo que me daba el manual “core”, el cual viene bastante completo a nivel de historia, con los espacios en blanco justos y necesarios para llevar tu historia. Sin embargo, al año siguiente me compré el Escenario de Campaña de GAIA, que, aunque viene de lujo por la gran cantidad de rellenos el los plots y otra cantidad igual de ingente en nuevas historias, te deja con esa sensación que todo lo que puedes crear se va al demonio -ninguno en particular- en especial cuando ciertos personajes que todos conocen se hacen mucho mas cabrones según el manual o al revés, se convierten en un montón de “bantha-puyo”
lo que hay que sacar como conclusión es que no importa el setting del juego, sin dejar de respetar que los malos son malos y los buenos son buenos, siempre se puede hacer un “impasse” en favor de una mesa de juego, en especial si tienes jugadores versados o seguidores del universo del juego, pues así uno demuestra que como Máster (y como jugador) se puede ser versátil. Las excepciones siempre existen y existirán, y no hay versión mejor que la original, pero todas siempre serán jugables.
tampoco me gusta Vampiro, pero cuando les das un buen twist a su super metatrama, cualquier sesion se haría memorable.
Saludos de Chile.
Toda obra tiene que dejar espacio en blanco para que los que la vean lo llenen, sea un cuadro, una novela, un comic o, principalmente, un juego de rol, ya que en este caso la cuestión apunta a algo mucho más interactivo. En eso han fallado algunos juegos, planteando ambientaciones demasiado estructuradas o detalladas, pero también es cierto que, a veces, ciertos elementos son tomados tan fuertemente por los aficionados, que después es difícil hacer que los suelten o los reinterpreten de otra manera. Y eso, lamentablemente, a veces no es culpa de nadie, sino que sólo sucede.
Por una vez vamos a coincidir en gustos Dogui, me encantan esos dos universos y me gusta explorarlos de vez en cuando y ver como evolucionan (aunque a veces piense que estaban mejor hace 15 años que como estan ahora).
Ahora mismo ando leyendome la Saga de Eisenhorn de Wh40k y la estoy disfrutando como un enano.